Una peluqueria: arte, negocio, vida
Después de 20 años tu peluquería está la más de moda en Barcelona. ¿Sabes por qué o es una coincidencia?
Creo que mantenerse el número uno no es facil. Yo quito y pongo, quito y pongo. No es fácil mantenerse número uno en la ciudad como Barcelona con los precios de alquiler e impuestos. Nosotros tuvimos hace unos años, nos subieron un impuesto, nosotros pagamos el 10 %, nos subieron al 21 %.
Es un trabajo día a diá, muy duro. No todo es creación, no todo es bonito, hay un día que venga gente, hay un día que no la venga. Yo creo que es un trabajo hecho con amor, hecho con profesionalidad y siempre estar despierto al mundo en el que vivimos.
Creo que una de mis cosas buenas, tengo muchas manos, pero cojo las cosas más rapido, soy una persona despierta. Entonces, voy por mi camino y enseguida veo algo, lo agarro y lo llevo para mi negocio.
Mi palabra para mi será “Sandra movimiento infinito”. Soy muy enérgica, si tú me ves por vacaciones, siempre estoy creando. Parece que no me relaje, pero estoy a gusto.
¿Barcelona como ciudad afecta a tu estilo?
Barcelona es uno de los puntos europeos fuertes en peluquería. Realmente tenemos Londres, me gusta mucho la técnica anglosajona a la hora de cortar. Cuando empecé mi vida profesional, Londres era como la referencia total. Ahora creo que Barcelona está en un nivel muy alto . Tanto de salones, como de técnicas de trabajo, de espacios bonitos.
Sí, totalmente. Yo me dedico a la imagen de los personajes de esta ciudad. Barcelona es una ciudad cosmopolitana, hay gente de todo el mundo, eso nutre muchísimo. Yo tengo la suerte de trabajar con extranjeros que viven aquí. Normalmente son personas o creativas o no creativas, pero muy abiertas mentalmente porque cuando una persona deja su país y viene vivir aquí es porque busca marcar un poco la diferencia.