Para financiar el premio se eligió la forma de financiamiento colectivo: crowdfunding. La empresa
Profeetips ayudó a organizarlo.
Los ingresos se generaron a partir de contribuciones para eventos intermedios: fiestas y desayunos de negocios. Luego, se pidió a todos los participantes que apoyaran el alquiler del lugar y promovieran las entradas entre su audiencia.
Otra forma de financiamiento fueron los lotes (una entrada al festival más un servicio o producto). Se suponía que el dinero de las entradas iría al premio, y lo restante a quien ofreciera el servicio o producto. Sin embargo, esta idea no funcionó muy bien: no se vendieron más de 10 lotes.
La última etapa fue la recaudación de fondos durante el propio evento, donde incluso se realizó una subasta de ilustraciones de Anastasia Druzhininkovskaya.
Al final, el crowdfunding terminó con una pérdida de 608 euros. En la contabilidad se incluyen gastos directos, sin contar el trabajo de los voluntarios.
Sin embargo, los organizadores no se desaniman y esperan que la próxima vez se tome en cuenta la experiencia de esta campaña y el movimiento hacia un esquema sin pérdidas ya no comience desde cero.